Trabajar en el servicio doméstico no es solo “ayudar en casa”. Las empleadas de hogar desarrollan una labor fundamental y, como cualquier otro profesional, deben contar con unas condiciones de trabajo seguras. Ya sea limpiando, cocinando, cuidando a mayores o atendiendo a niños, su día a día puede implicar riesgos si no se adoptan medidas preventivas. Por eso, hoy queremos hablarte sobre prevención de riesgos laborales para empleadas de hogar, con un enfoque claro, útil y cercano.

¿Por qué es importante la prevención de riesgos en el hogar?

Aunque muchas personas no lo perciban como un entorno de trabajo peligroso, una vivienda puede esconder múltiples riesgos: suelos mojados, escaleras, productos de limpieza tóxicos, cargas pesadas, movimientos repetitivos, plancha caliente, … El objetivo es minimizar o evitar estos riesgos, garantizando el bienestar de la trabajadora y también de la familia.

Cuidar de la seguridad es una responsabilidad compartida entre el empleador y la empleada. Y además, es una forma de trabajar con más confianza, tranquilidad y profesionalidad.

Principales riesgos en el trabajo doméstico y cómo prevenirlos

  1. Caídas y resbalones

Uno de los accidentes más comunes en el hogar. Pueden producirse por suelos mojados, alfombras mal colocadas o escaleras sin pasamanos.

¿Cómo prevenirlos?

  • Utiliza calzado antideslizante.
  • Señala o limpia inmediatamente cualquier líquido derramado.
  • Asegúrate de que las alfombras estén bien fijadas al suelo.
  • Nunca subas a una silla para alcanzar algo alto: utiliza una escalera estable.
  1. Manipulación de productos químicos

Los productos de limpieza, aunque sean de uso cotidiano, pueden ser agresivos para la piel, ojos o vías respiratorias.

Medidas básicas:

  • Leer siempre las etiquetas e instrucciones completas antes de usar un producto.
  • No mezclar lejía con amoníaco u otros productos.
  • Utilizar guantes de limpieza.
  • Ventilar las habitaciones durante y después de su uso.
  1. Esfuerzos físicos y malas posturas

Levantar peso o adoptar malas posturas al limpiar o hacer camas puede provocar dolores musculares, lumbalgias o incluso lesiones más serias.

¿Qué hacer?

  • Dobla las rodillas y mantén la espalda recta al levantar peso.
  • Usa utensilios con mangos largos para evitar agacharte constantemente.
  • Alterna tareas que requieran fuerza con otras más ligeras.
  • Si un objeto es muy pesado, pide ayuda.
  1. Riesgos eléctricos

Trabajar con electrodomésticos mal conservados o enchufes defectuosos puede ser peligroso.

Consejos:

  • No uses aparatos eléctricos con las manos mojadas.
  • Verifica que los cables estén en buen estado.
  • Apaga los electrodomésticos después de usarlos.
  • No sobrecargues enchufes ni alargadores.
  1. Riesgos psicosociales: estrés y sobrecarga

No todos los riesgos son físicos. El exceso de trabajo, la falta de descanso o un ambiente hostil pueden provocar estrés, ansiedad y agotamiento.

Claves para prevenirlo:

  • Establecer un horario claro de trabajo y descanso.
  • Dialogar abiertamente con la familia empleadora.
  • Acuerda bien aquellas tareas que no están descritas en el contrato.
  • Buscar apoyo en otras compañeras o asociaciones del sector para proponer ideas sobre dichos riesgos.

Obligaciones del empleador: crear un entorno seguro

Aunque en el régimen del hogar familiar no se exige formalmente un plan de prevención de riesgos como en otros sectores, los empleadores tienen la responsabilidad de ofrecer condiciones de trabajo seguras y dignas.

Eso implica:

  • Facilitar materiales adecuados: guantes, escaleras seguras, utensilios ergonómicos.
  • No exigir tareas peligrosas o fuera del alcance de la empleada.
  • Informar sobre el uso de productos de limpieza o aparatos específicos.
  • Escuchar y respetar las necesidades de la trabajadora.

Consejos para las empleadas de hogar: cómo cuidarte mientras trabajas

  • Haz pausas: aunque el ritmo sea intenso, tu cuerpo necesita descansar.
  • Cuida tu postura: sobre todo si haces tareas repetitivas o levantas peso.
  • Comparte cualquier problema y expresa tu opinión si algo te molesta o duele.
  • Aprende sobre prevención: cuantos más conocimientos tengas, más segura trabajarás.
  • No normalices el dolor: el trabajo doméstico no debe implicar sufrimiento físico.

¿Y si ocurre un accidente?

La empleada de hogar debe estar siempre dada de alta en la Seguridad Social. Si se produce un accidente laboral, es importante que se acuda al centro médico lo antes posible y se comunique el incidente al empleador para gestionar la baja y trámites necesarios. Tener todo en regla es la mejor garantía para ambas partes.

Conclusión: seguridad en el trabajo doméstico, un derecho y una prioridad

Cuidar del hogar es una profesión con gran valor, pero también con riesgos que muchas veces se desconocen o minimizan. Por eso es clave informar, prevenir y proteger. Una empleada de hogar segura y valorada trabaja mejor y con más motivación. Y una familia que cuida de quien cuida, construye un ambiente más sano, de confianza y humano.

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