La limpieza de un horno sucio o a veces incluso quemado, es una tarea que debemos de realizar con bastante frecuencia, no solo por higiene y salud, que es de obligado cumplimiento, sino también para poder cocinar los alimentos y preparar nuestras recetas favoritas en óptimas condiciones.
Es un trabajo un poco pesado que requiere hacerlo con paciencia y en profundidad, por lo que mucha gente lo utiliza normalmente con mucha menos frecuencia de lo que le gustaría, solo por evitar esa posterior limpieza de las grasas, azúcares y restos de suciedad pegados a las paredes, rejilla y cristal del electrodoméstico, lo cual puede ser hasta comprensible en cierta medida. Pero si no somos perezosos y lo hacemos habitualmente, como un “mantenimiento” regular, esta labor será mucho más sencilla cada vez que la realicemos, ya que no estaremos permitiendo acumular demasiada suciedad.
Como introducción, hemos de mencionar que en la actualidad cada vez se venden más hornos con el denominado sistema pirolítico, lo cual significa que cuentan con un mecanismo de autolimpieza con un programa específico a una temperatura de 500ºC. Este proceso de pirólisis los residuos orgánicos se descomponen y carbonizan en su interior, en agua y en CO2, y posteriormente se evaporan, y los inorgánicos se convierten en cenizas. Al finalizar este proceso y tras enfriarse el interior, se pasa simplemente un paño húmedo para completar la limpieza. Aunque se tiende a creer que estos hornos consumen mucha electricidad, el gasto es muy reducido, ya que llevan un sistema de ahorro de energía, así como seguridad adicional, como cierre automático o bloqueo hasta su enfriamiento, para evitar posibles quemaduras por las elevadas temperaturas que alcanzan cada vez que se utiliza este proceso de limpieza, que está recomendado aplicarlo cada 10 ó 15 usos, aunque los propios fabricantes mencionan que la mayoría de usuarios que disponen de estos hornos pirolíticos solo lo hacen una vez al año.
Consejos para limpiar el horno
Pero en este artículo lo que te vamos a proponer es una serie de recomendaciones o consejos para limpiar bien tu horno tradicional o eléctrico, que todavía son mayoría en nuestros hogares y los más convencionales. Como hemos mencionado al principio, si vamos acumulando en el interior del horno restos de grasa, azúcares y diversos restos de comida, estamos facilitando que se convierta en un cúmulo de microorganismos y bacterias que puede llegar a provocar problemas de salud importantes y contaminación peligrosa de los diferentes alimentos que cocinemos en el aparato. Y este es un tema muy delicado que hemos de evitar siempre, aunque requiere dedicar tiempo con cierta frecuencia para mantenerlo siempre en perfectas condiciones, aparte de que nos durará muchos más años si lo cuidamos adecuadamente.
En el mercado se comercializan bastantes productos industriales de diferentes marcas para el desengrasado y limpieza del horno, pero como todos ellos contienen productos químicos y corrosivos, hemos de tener mucha precaución al utilizarlos, asegurando que no queden restos de los mismos al finalizar dicha limpieza.
Alternativas caseras para limpiar y mantener tu horno limpio
Como alternativa más económica y sencilla, siempre podemos preparar en nuestros hogares unos antigrasas mucho más naturales, utilizando vinagre blanco o de manzana, limón o bicarbonato de sodio. Y además, estaremos ayudando a proteger el medio ambiente.
- Limpieza con vinagre: es muy eficaz para disolver rápidamente los restos de grasa y eliminar las bacterias. Mezclamos el vinagre con un poco de bicarbonato y lo aplicaremos pulverizando la solución en el interior del horno, repitiendo sobre todo en las zonas más sucias.
- Limpieza con limón natural: exprimir dos piezas y el zumo resultante ponerlo en un recipiente para calentar dentro del horno. El vapor del limón desengrasa las paredes del horno y además tiene propiedades antibacterianas, desinfectantes y hasta blanqueadoras que funcionan perfectamente para limpiar un montón de superficies, dejando además esa agradable sensación de frescor de los cítricos.
- Limpieza de horno con bicarbonato de sodio: este quizás sea el producto que nos ayudará y asegurará una limpieza más profunda, de nuevo gracias a sus propiedades antisépticas y antibacterianas. Se prepara una especie de masilla o pasta espesa tras mezclar aproximadamente tres cucharadas soperas de bicarbonato y una de agua, o siguiendo la misma proporción para la cantidad que necesitemos, la cual aplicaremos sobre paredes, bandejas y rejillas del horno con una esponja o gamuza suave.
Tras utilizar uno de los tres antigrasas caseros que hayamos preparado y dejarlos actuar durante un tiempo, procederemos a llevar a cabo la limpieza propiamente dicha. Para ello, tendremos que calentar el horno para que toda la suciedad y grasa acumulada se vaya despegando y reblandeciendo poco a poco.
A modo de referencia, si hemos utilizado el vinagre, lo calentaremos durante 10 ó 12 minutos a 120º C. Si es el limón natural, será aproximadamente 30 minutos a 250ºC. Y si es bicarbonato de sodio, no es necesario calentar, sino solamente dejar que la masa que hemos preparado actúe en el interior, en frío, durante unas dos horas.
A continuación, tras estos tiempos que hemos indicado y una vez enfriado suficientemente el interior del horno para no correr el peligro de quemarnos, pasaremos a eliminar con un estropajo suave o bayeta todos los restos que todavía hayan quedado, tanto de grasa como de la solución limpiadora, bien la casera, o bien el producto industrial adquirido, asegurando retirar lo máximo posible, lo cual nos exigirá insistir en las zonas más inaccesibles, como las esquinas y algunos huecos. Para facilitar la labor, lo mejor será retirar las rejillas, las cuales tendremos que limpiar en profundidad siguiendo el mismo procedimiento, ya que son la parte del horno que acumula mayor suciedad, y colocarlas posteriormente.
Para finalizar, aunque parezca que la suciedad más incrustada ha desaparecido, deberemos de volver a pasar otro trapo limpio con agua o con un poco de jabón neutro o de lavavajillas. A continuación aclarar por completo solo con agua, secar con papel de cocina todo el interior y el cristal hasta que nos quede lo más limpio y reluciente posible.
Ya que hemos mencionado el cristal de la puerta, éste lo podemos limpiar aplicando el típico producto para placas de vitrocerámica, dejarlo actuar durante 5 minutos y posteriormente utilizando la cuchilla rascadora para quitar las manchas y suciedad, para finalmente limpiar el vidrio con un trapo húmedo con un poco de jabón y agua, aclararlo y secarlo bien con papel.
Como veis, es relativamente sencillo mantener limpio y reluciente el horno de nuestras cocinas. Pero se necesita tiempo y dedicación para tener siempre el horno limpio y la casa en buenas condiciones, por ello, en Emplea Hogar tenemos la posibilidad de contratar una empleada de hogar por horas. Con una ayuda extra en casa, te permitirá sacarle mucho más partido para disfrutar y saborear al máximo todos los platos que preparemos y del tiempo con tu familia.