Contratar a una empleada doméstica puede ser una excelente decisión para mantener el orden en casa y liberar tiempo para disfrutar en familia o dedicarse a otras actividades. Sin embargo, el proceso de integrar a una nueva persona en el hogar requiere tiempo y planificación para que tanto la familia como la trabajadora se sientan cómodas y comprendidas. A continuación, te damos algunos consejos útiles para facilitar esa transición y garantizar una relación laboral fluida desde el primer día.
1. Establece expectativas claras desde el principio
Es fundamental que, desde el primer día, la empleada doméstica entienda sus responsabilidades, horarios y los estándares que se esperan en cuanto a la limpieza, organización y cuidado de la familia. Definir estas expectativas desde el inicio evitará malentendidos y frustraciones. Detalla las tareas que debe realizar y proporciona una lista escrita si es necesario, sobre todo en las primeras semanas.
2. Ofrece una orientación detallada
Aunque la empleada doméstica tenga experiencia, cada hogar tiene sus propias costumbres y normas. Dedica un tiempo para mostrarle cómo te gusta que se realicen las tareas, dónde están los productos y herramientas de limpieza, y cualquier detalle que sea importante para ti. Esto no solo facilitará el trabajo de la empleada, sino que también le permitirá sentirse más segura y confiada en su nuevo entorno.
3. Fomenta la comunicación abierta
La comunicación es clave para una relación laboral exitosa. Invita a tu empleada a expresar cualquier duda o inquietud que pueda tener durante los primeros días o semanas. De esta forma, se sentirán más cómodas pidiendo aclaraciones o comentando cualquier posible inconveniente. Además, realizar reuniones periódicas para revisar su desempeño o sugerir mejoras es una excelente forma de mantener una relación positiva.
4. Haz que se sienta parte del hogar
Una empleada doméstica que se sienta valorada y apreciada probablemente estará más comprometida con su trabajo. Tómate el tiempo para conocerla como persona, demuestra aprecio por su esfuerzo y crea un ambiente agradable y respetuoso. Un simple «gracias» o comentario positivo sobre su trabajo puede marcar una gran diferencia y contribuir a una relación de respeto mutuo.
5. Sé paciente durante el período de adaptación
Toda relación laboral requiere un tiempo de adaptación, y es normal que durante los primeros días o semanas se cometan errores o haya malentendidos. Sé paciente y proporciona feedback constructivo. A medida que ambas partes se acostumbren a la rutina, la eficiencia, adaptación y confianza aumentarán, permitiendo una convivencia mucho más fluida.
6. Proporciona formación continua si es necesario
Si hay tareas específicas que requieren habilidades o conocimientos que la empleada aún no domina, proporciona el tiempo necesario para que pueda aprender y mejorar. Esto puede incluir desde el uso de electrodomésticos hasta la organización particular del hogar. Una
formación adecuada no solo beneficia a la empleada, sino que también mejora la calidad del servicio.
7. Respeta los descansos y el tiempo personal
Es esencial que la empleada doméstica tenga tiempos de descanso adecuados, según lo acordado en su contrato. Cumplir con sus horas de trabajo y respetar su tiempo personal fuera de la jornada es crucial para mantener una relación laboral saludable. Esto ayuda a prevenir el agotamiento y promueve una mejor actitud en el trabajo.
Conclusión
Integrar a una nueva empleada doméstica en tu hogar puede ser un proceso sencillo si se gestiona con paciencia, comunicación abierta y respeto. Siguiendo estos consejos, no solo estarás garantizando un entorno de trabajo saludable para la empleada, sino que también estarás asegurando que tu hogar se mantenga en las mejores condiciones posibles.
Desde la Agencia Emplea Hogar nos comprometemos a identificar y seleccionar a las mejores profesionales en el ámbito de los servicios domésticos para que esa transición sea los más efectiva posible.